miércoles, 27 de julio de 2011

Enamorada de un príncipe que se convierte en bestia!! (MISOGINIA)

Hola chic@s se que los he tenido muy abandonados pero navegando por la red y platicando con una amiga encontré un post de una chica a la que admiro y amo con todo mi corazón por ser una persona entregada, inteligente y que ha sabido salir adelante sin importar lo difícil que ha sido su vida y ella comparte este post con el público y yo con ustedes ya que creo es un tema bastante importante y lo pero muy ocurrido en nuestro país espero lo disfruten y lo iré subiendo como ella lo publique ya que es un tema muy extenso y para que no sea difícil su lectura lo ha dividido en tres partes es muy interesante y creo nos puede ayudar a cuidarnos y despejar muchas dudas como ella lo publica y para respetar su postura solo pondré sus iniciales ya que ella así se maneja es un documento escrito por JFR.


Misoginia (parte1)

Decir “te amo”, no significa que realmente ames, “pues la realidad no la definen las palabras sino el comportamiento”.
Susan Forward (1993: 19).


Ahora abordaremos un problema muy latente en el contexto mexicano, la misoginia, sé que te preguntarás ¿y eso con qué se come? o ¿qué significado tendrá la palabrita tan singular?

Pues bien, en cuanto comiences a adentrarte en la lectura de este artículo, te darás cuenta de que en varias ocasiones y en diversas situaciones, has llegado a ser espectadora o desafortunadamente, víctima de este problema.

La palabra misógino, tiene orígenes griegos y significa “el que odia a las mujeres”, (miso, significa odiar, y gyné, significa mujer). Cabe aclarar, que cuando se habla de misóginos, no sólo nos referimos a hombres que manifiestan su odio o aversión hacia las mujeres, por desgracia, también existen mujeres que son misóginas; pero en esta ocasión el tema gira alrededor de varones misóginos y la manera en que pueden llegar a aniquilar la personalidad de su compañera.





Los misóginos, generalmente pueden ser descritos como hombres encantadores, incluso muy cariñosos, pero capaces de cambiar su actitud en segundos, de manera inesperada, inician una sesión de humillación, de crítica muy destructiva e insultante.

Manifiestan un comportamiento destructivo que se focaliza casi exclusivamente en quien se convierta en su pareja, usando como herramientas para lograr la destrucción de su novia, esposa o amante, las palabras y sus estados de ánimo cambiantes.

De manera sistemática van logrando un desgaste emocional, psicológico y en ocasiones físico, en quien comparte su vida con ellos, y este desgaste emocional y psicológico, es tan devastador como lo es la propia violencia física.



Detrás de este comportamiento violento y abusivo, el misógino intenta esconder la tremenda ansiedad que despiertan en él las mujeres, irónico verdad, pero así es, el hombre misógino les tiene miedo a las mujeres, tiene de manera alterna una necesidad normal de estar con una mujer, pero esta necesidad se mezcla con el miedo de que ella pueda aniquilarlo emocionalmente.


Tiene la oculta creencia de que si ama a una mujer, ella tendrá el poder de hacerle daño, de despojarlo, de devorarlo y abandonarlo, la mujer representa para él una figura aterradora, por lo tanto cada vez que logre relacionarse con alguna dama, va a intentar despojar a ésta de su confianza en sí misma, no cesará hasta lograr que ella dependa totalmente de él en la misma medida que él depende de ella, la va a debilitar para que nunca sea capaz de abandonarlo y así calmará su enorme ansiedad y terror de verse abandonado.



Toda esta errónea percepción que tiene el misógino de la mujer, hará que su compañera se convierta en el blanco directo de su amor y pasión, pero también será el foco principal de su rabia, de su pánico, de sus miedos y de su odio ¡Ups, el asunto sí que es fuerte!

La palabra odio, se entiende como la combinación de hostilidad, agresión, desprecio y crueldad en el comportamiento de un ser hacia otro. Los hombres misóginos, determinan su conducta en la búsqueda del control total de su pareja, y se valdrán de todos los medios posibles para asegurar ese control, sólo así calmará un poco el profundo miedo al abandono, un miedo del que tiene que defenderse a cualquier precio.

Las acciones que frecuentemente utiliza el misógino para procurar el control sobre tu persona son:

-Intimidación, que se expresa con gritos, estallidos de cólera teñidos de una agresividad manifiesta. Ataques verbales directos que te hacen la experiencia doblemente dolorosa, pues te aterroriza y desmoraliza.
-Amenazas.
-Humillaciones constantes.
-Críticas destructivas, que se acompañan de comentarios denigrantes, insultos y otras actitudes destinadas a hacer que tú te sientas incapaz e impotente.
-Nunca acepta su responsabilidad por el sufrimiento o por las agresiones de que te hace víctima.
-Te culpa absolutamente de todo. Al desplazar la culpa sobre ti, él se ahorra el tener que reconocer sus propias insuficiencias. Al misógino le preocupa más apartar de él la culpa que reconocer el dolor que te puede estar causando.
-Él no sentirá remordimiento alguno por sus ataques de cólera.


Los estragos que causa en la mujer el mantener una relación con un misógino son:

- Un sufrimiento muy acentuado.

-Grave pérdida de autoestima.

-Descuido del aspecto físico.

-Variantes en síntomas y reacciones como efecto colateral que pueden ir desde el abuso de alcohol o drogas, migrañas, problemas gastrointestinales, trastornos del apetito, trastornos del sueño. Ocurre que la mujer aprende a reprimir sus sentimientos normales, y esto no es sano, pues tales sentimientos requieren que se les de cauce y se ventilen, al reprimirlos, se manifiestan a través de formas que resultan desagradables y dañosas para tu cuerpo, se manifiestan a través de enfermedades físicas.

La eficiencia profesional se reduce.

-La mujer comienza a dudar de sus habilidades y capacidades.

-De manera frecuente, hay ataques de llanto y de angustia.

-Profundas depresiones, una grave falta de motivación y pérdida de energía.

-La mujer se siente perpleja y confundida debido a la tensión enorme que produce el cambio tan radical y repentino del comportamiento del misógino.
-De manera alarmante, permites y te convences de que tú eres la única culpable de los problemas entre ustedes. No debes olvidar que en una relación con un misógino, ambos miembros de la pareja, culpan a la mujer de todo lo que va mal.

-Invariablemente la mujer renunciara a todo lo que a ella le agrada o le resulta significativo, cancela muchos de sus intereses personales.


Pero ¿por qué nos llegamos a enamorar de una persona misógina?, la respuesta a este cuestionamiento es algo extensa, pues son muchos los factores que en ello influyen, pero intentare resumir lo extenso del tema para no abrumarte con tanta lectura.
Iniciare con un ejemplo que versa sobre la manera común en que puede surgir un romance, y posteriormente te compartiré algunas cuestiones esenciales que generalmente pasamos por alto dado el momento eufórico que produce el enamoramiento.

Tú vas a una fiesta con tus amistades, la estás pasando muy bien, te diviertes, pero de pronto, tu mirada se encuentra con la mirada de él, quien ya lleva rato observándote, te das cuenta de que es atractivo y te agrada sentir su insistencia en mirarte, finalmente él se arma de valor y se acerca a ti, te da su nombre y te pide le digas el tuyo, para después decirte que eres la chica más bella que jamás haya visto, y que hará todo lo posible para que lo aceptes y así, logre hacerte la mujer más feliz del mundo por el inmenso amor que te prodigara, pues él ya está enamorado de ti. El resto de la velada, sólo te dedicas a bailar con él y puedes sentir su gran sensibilidad, su buen sentido del humor, su gran inteligencia, sus ojos hermosos que no dejan de mirarte, así como todas las atenciones que te brinda. Él se encuentra fascinado con lo que tú desempeñas profesionalmente o estudiantilmente, te halaga y te hace sentir su admiración por ti……………..



Lo que sigue seguramente ya lo has adivinado, el romance surge, y todo sucedió de manera vertiginosa, todo fue rápido y avasallador. Un galanteo arrebatador que provocó corrientes emocionales tan fuertes que desquician las percepciones de los dos, y precisamente al verse nubladas las percepciones de ambos se cae en el error de ignorar o negar cualquier cosa que contraste con la imagen ideal que nos formamos de nuestra pareja.
Ocurre que centramos nuestra atención de manera exclusiva en cómo nos hace sentir la otra persona, en lugar de poner atención a quién es en realidad.
Generalmente se cae en el error de pensar o razonar de la siguiente manera: “si este hombre, me hace sentir estupendamente, debe ser maravilloso”.
Es decir, sin darnos cuenta, dividimos el paisaje del enamoramiento en primer plano y fondo.
Susan Forward, reconocida psicóloga, explica que en el primer plano colocamos todas las características maravillosas que encontramos en el hombre y, precisamente es en esas cualidades en las que nos concentramos, pero además cometemos el error de exagerar e idealizar esas cualidades. Los detalles que encuentras en él y no te agradan los colocas en el fondo y lo peligroso del asunto es que les restas importancia a esos detallitos desagradables.



No significa lo anterior que te dediques a estar con una lupa observando detenidamente todos los detalles, recuerda que no existe el ser humano perfecto, de lo que se trata es de que pongas atención a ciertas cosas que no empaten con la personalidad bella que él te muestra, se más perceptiva a aquellos detalles que resultan incongruentes con el resto del esquema personal del hombre que intenta enamorarte.
Tampoco puedo generalizar y decir que todo romance que se gesta de manera rápida y vertiginosa estará matizado de tintes misóginos y condenado al fracaso, se debe aceptar que algunos romances que así inician, se mantienen en un proceso pleno y de madurez continua. Sin embargo me siento obligada a expresar que lleva su tiempo el conocer plenamente a otro ser, y es probable que incluso nunca terminemos de conocernos, pues debemos tener presentes que somos seres inacabados.

Generalmente, la primera advertencia de que tu príncipe azul se puede convertir en ajolote de charco sucio surge o se produce por un incidente que suele ser insignificante, y eso te desconcierta totalmente, pues todo el encanto que te había mostrado se convierte en un ataque de furia totalmente desproporcionado; pues en estos ataques te hace víctima de una cantidad de insultos que no tienen razón de ser. El misógino “se enfurece por casi nada, los acontecimientos más insignificantes provocan un estallido, porque los exagera, haciendo una montaña de un grano de arena” (Susan Forward 1993: 51).



El permitir el ataque directo a tu autoestima y los insultos a tu persona, se traduce en abrir la puerta a futuros ataques. El misógino, podrá advertir la cantidad de insultos que tú eres capaz de tolerar y medirá el grado en el que a través de sus disculpas tu puedes ceder y perdonar sus ataques.
Una de las habilidades que tienen los misóginos es que aprenden a conocer tus puntos vulnerables y los utilizarán para atacarte.



Lo que un hombre misógino espera de ti, es que seas una fuente inagotable de amor y adoración, de apoyo, aprobación, estímulo total y que además seas generosa sin reservas. Él es como un niño exigente que requiere que tú satisfagas todas sus necesidades. Incluso quiere que tú sepas lo que él siente o piensa sin necesidad de que te lo diga, vivir sólo para él debe convertirse en tu prioridad número uno. Si él llega a notar que no cumples o no llenas sus expectativas, se siente tremendamente decepcionado y te convertirá en víctima de sus ataques. Pero debes entender que nadie, absolutamente nadie, tiene ni debe hacerse responsable de la vida de otro, y menos en el plano de los adultos; es decir cuando tienes hijos, te debes ocupar de satisfacer sus necesidades en tanto le otorgas herramientas necesarias para que logren su autonomía; pero con un adulto, es decir con tu pareja, no es sano ocuparte de ser su satisfactor en general.

Sé que al leer todo esto, es probable que digas, caray, yo a las primeras manifestaciones de falta de respeto a mi ser, salgo huyendo; y de verdad, lo ideal es que cualquier ser, en cuanto ve amenazada su integridad lo mejor es que se aleje; sin embargo, el misógino, no se pasa todo el tiempo encolerizándose y criticando, pues no existe mujer que pueda aguantar tanto tiempo un ataque tan continuo; así que lo más probable es que entre estallido y estallido, el hombre misógino se sigue mostrando encantador y fascinante como cuando lo viste por primera vez.



Desafortunadamente, esos cambios en los estados de ánimo de tu pareja, irremediablemente te enganchan a él, porque alimentan tu idea errónea de que sólo se trata de momentos malos que tiene tu pareja, de que te ataca con una andanada de insultos porque tuvo un mal día o porque las cosas no le han salido bien últimamente y te dices ese que me ataca no es en realidad él, y cuando se comporta afectuoso, refuerza tus esperanzas de que de ahora en adelante todo irá bien y su amor marchara maravillosamente.

Sin darte cuenta entras en un juego muy peligroso, en el que de la agresión pasan a la fase de las disculpas y los perdones, para nuevamente recaer en los ataques de ira y cólera y posteriormente a la seducción. Inconscientemente estás en camino hacia una etapa más dolorosa y puede ser que hasta más peligrosa, pues el agresor puede pasar del ataque verbal al ataque físico, recuerda que el misógino va midiendo el grado de violencia que eres capaz de tolerar.
Es preciso señalar que en las primeras etapas de relación con un misógino, en ambos miembros de la pareja existe una necesidad frenética de atrapar y mantener atada a la otra persona. Ambos usan una cantidad enorme de energía para amar y ser amado, a fin de obtener la aprobación del otro y procurar una fusión recíproca y psicológica. Esto es precisamente lo que convierte a la relación en algo muy peligroso, sobre todo cuando a ello se agregan otras características específicas en la actitud femenina y que a continuación te describo……….



  • Espíritu de rescate. Cuando él te cuenta su historia de vida cargada de un notable sufrimiento, tú te sientes como la persona que debe brindarle lo que nadie más le ha dado y tu amor por él le compensara el haber sufrido tanto; además con el poder de tu amor lograrás que él cambie, no importa si sufre de alcoholismo, o de abuso de drogas, o que sus relaciones anteriores hayan resultado insatisfactorias. Te sientes como una especie de héroe y al rescatarlo te ennobleces, pues gracias a tu ayuda él se convertirá en un hombre diferente.
Pero adivina qué…… No hay ser que cambie por la interacción de otro, las personas cambian por deseo e iniciativa autónoma, así que por más energía que ocupes en intentar cambiarlo no lo lograrás. Lo más positivo es que mejor te dediques a cambiar aquellos aspectos de tu persona que crees necesitan ser trabajados, a fin de corregir ciertos vacios de tu ser.


Es preciso que comprendas que no intento decir que nunca debes dar apoyo a tu pareja, sólo logra ser capaz de establecer la diferencia entre rescatar y ayudar.
Ayudar, significa otorgar apoyo, pero este es esporádico, normalmente las personas deben ser capaces de enfrentar sus problemas, de la índole que sea, y se les otorga apoyo cuando intentan superar momentos difíciles en la vida. Ayudar no debe ser algo constante, porque entonces te estás responsabilizando totalmente de alguien que no es capaz de enfrentar la vida cotidiana.
Rescatar, es un comportamiento repetitivo, ese hombre que intentas rescatar siempre necesitará tu ayuda y siempre estará en dificultades, su vida es totalmente inestable y lo negativo de esta situación es que siempre responsabiliza al resto del mundo por sus fracasos, no tiene la capacidad de asumir sus responsabilidades.
Cabe señalar que no todos los misóginos necesitan rescate, muchos pueden ser estables en lo profesional o en lo financiero, cuando esto es así, el misógino insistirá en que la mujer dependa totalmente de él.

El misógino que requiere de rescate es el que padece de alguna forma de inestabilidad grave, puede tener problemas con el dinero, abusos en el comer, beber, drogas, relaciones caóticas, juegos y apuestas o imposibilidad para mantener un trabajo. Muchas de las mujeres que se lanzan como salvavidas, generalmente son tragadas por la turbulencia de los problemas.

  • Racionalizas el comportamiento de él. Mentalmente justificas lo inaceptable de su comportamiento para hacer aceptable lo inaceptable. Siempre encontrarás excusas para disculpar su comportamiento inapropiado, así pronto te verás utilizando frases como las siguientes:
-Él critica duramente a su ex esposa, pero, debo entenderlo porque ella es como una bruja malévola.
-Sentí mucho miedo cuando me grito de esa manera tan terrible, pero es que está bajo mucha presión últimamente.
-Me lastimó mucho con sus insultos, pero él tiene razón, me insulta y me grita porque quiere hacer de mí una mejor persona.

A pesar de que tu intuición te señala que está ocurriendo algo que no es sano ni positivo, tú te dedicas a buscar las causas que pueden servir como justificante a su comportamiento y actitudes agresivas y de este modo te evitas ver con claridad lo grave del asunto.


  • Te culpas a ti misma. Racionalizar te dispone a tener la falsa idea de que si él puede en determinados momentos ser un hombre encantador, entonces la culpable de que existan conflictos entre ustedes dos eres tú. Internalizas en tu mente y además aceptas que tú tienes la culpa de que él sea así. Idea que el misógino se encarga de reforzar con frases como: yo sería siempre un encanto, si tú dejaras de hacer tal o cual cosa o si tú me obedecieras ciegamente, o si fueras así o asá.
Sin embargo, la realidad es que ningún misógino es estable en cuanto a las actitudes de su pareja, el comportamiento que hoy le agrada de ti, mañana puede resultarle repulsivo. No hay manera de saber lo que le agradará ni cómo reaccionará.





Chic@s esperen la siguiente parte que en verdad es un documento que vale la pena me encantaría dejaran sus comentarios para poder enriquecer este documento!!




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