martes, 4 de marzo de 2014

Vamos a relacionarnos

HOLAAAAA!!!

Hoy hablare de un tema que creo es común en todos, la relación con los otros; para algunos es un don nato el hecho de poder hablar con la gente sin importar el rango, la edad, ni los gustos, simplemente tienen ese don divino de poder entablar una conversación con cualquier persona. De caer de maravilla en la primer platica, de poder llamar la atención sin ser grotesco o muy débil simplemente pueden tener relaciones sociales increíbles.

Primera parte




Poder tener relaciones buenas y productivas tanto en el ambiente profesional como el personal es fundamental para nuestro crecimiento, el día a día lleno de stress, prisa, enojos y demás, provoca que nos olvidemos de lo importante que es decir buenos días, buenas tardes, buenas noches,  gracias y por favor, acompañados de una sonrisa que no nos cuesta nada, y nos podría beneficiar en mucho.

Tener una interacción con las otras personas es algo muy importante porque al tener una integración social adecuada se transformará en un bienestar emocional, solo es cuestión de ocupar nuestras habilidades sociales que no son otra cosa que una serie de conductas y gestos que expresan sentimientos, actitudes, deseos y derechos del individuo, si trabajamos estas habilidades podremos conseguir satisfacciones en el ámbito de la familia, en el empresarial, de las amistades y en las relaciones amorosas.

Aquí algunos consejillos para poder mejorar en nuestras relaciones sociales algunas son de mi autoría y otras las encontré navegando por internet.
Se coherente: si quieres ser respetado y ser una fuente de inspiración y motivación, pon el ejemplo actúa de manera correcta si quieres ser respetado, respeta, si buscas puntualidad en las demás personas, se puntual, todos tenemos buenos y malos ratos, pero procura hacer un esfuerzo por impactar positivamente en la vida de los demás.
Escucha más y habla menos: Cuando escuchas a alguien atentamente le estás dando el gran regalo de saberse y sentirse VALORADO. Conviértete en una persona que sabe escuchar y muestra siempre un interés sincero en lo que los otros tienen que compartir. Se dice que por algo tenemos una boca y dos orejas justamente para escuchar más y hablar menos. Y, cuando vayas a hablar, no olvides que tus palabras tienen gran poder, con tus palabras puedes inspirar y hacer que otros se sientan bien. Piensa antes de hablar y enfócate en impactar a tu interlocutor de forma positiva. Las mismas palabras con entonación diferente trasmiten sentimientos tan distintos como ironía, ira, excitación, sorpresa o desinterés. Un tono apagado es señal de abatimiento o depresión. Una conversación que se mantiene siempre en el mismo tono resulta monótona, aburrida y suscita poco interés. El tono, que tan poco cuidamos normalmente, es a veces tan importante como el propio contenido de nuestras palabras.


Un volumen alto de voz expresa seguridad y dominio de la situación, pero cuando se eleva demasiado puede suscitar rechazo y connotar agresividad. El volumen bajo, por su parte, puede sugerir estados de ánimo como debilidad o falta de confianza en uno mismo pero también confidencialidad y cercanía. La fluidez de la palabra y el ritmo. La utilización de repeticiones, muletillas, frases hechas y de relleno y los titubeos producen impresión de inseguridad, monotonía e incluso desconcierto en quien escucha. Todos estos elementos de conducta relacional son herramientas de nuestra forma de estar en sociedad, y, bien articulados, nos ayudan a relacionarnos de forma más eficiente. Las habilidades sociales son conductas aprendidas y, por tanto, podemos mejorarlas. Facilitan la relación con otras personas y nos ayudan a ser más nosotros mismos, reivindicando nuestros derechos y peculiaridades sin negar los derechos de los demás. Lo más positivo es que facilitan la comunicación y la resolución de problemas con otras personas.



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